Si piensas en un grupo de niños, sobre todo pequeños, de seguro imaginas desorden y bullicio, pero en nuestra experiencia hemos visto todo lo contrario.
La gran mayoría se comporta perfectamente, comprende que el lugar de trabajo de mamá o papá es especial y, lo más importante, se cumple el objetivo de la actividad: mejora el estado de ánimo de todos en la oficina.